Llama la atención que las culturas que accedieron a niveles significativos de evolución centraron su enfoque en los sucesos estelares y se dispusieron a encontrar una serie de explicaciones sobre sus alcances, convirtiendo estos hechos en la fuente inspiradora para la construcción de grandes monumentos, como ocurrió precisamente con las pirámides diseminadas en distintos lugares del planeta; lo que hace entrever que el ser humano, desde siempre, ha tenido en cuenta los cambios estacionales, al igual que los eclipses y los movimientos de orden lunar, ya que fueron referentes de acontecimientos terrenos y, por ende, humanos.