Cuando se trata de Saturno, surgen varias posibilidades, una de ellas es la de sintonizarse con su halo oscuro y denso conducente al sufrimiento, la restricción, la muerte, y a raíz de esto pensar que todo está perdido; o por el contrario resonar en las tonalidades más altas de este distante y frío planeta, para lo cual se hace necesario evidenciar el antiguo mito relacionado con la edad de oro en el que la humanidad logró un estado de plenitud y de bienestar ilimitados. Así que el paso de Saturno por el signo de Piscis abre las puertas del libre albedrío ofreciéndole a cada persona la posibilidad de vibrar positivamente, mediante el empleo de herramientas psicológicas, místicas, mágicas o energéticas que le permitan enriquecer cada acción, sentimiento, pensamiento o emoción.