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El signo ascendente

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Una vez que se sepa el signo natal y el ascendente, el primer trabajo es conocer las características que tiene cada uno y cotejarlas con la realidad personal. Pero lo más importante es el resultado de la combinación que se deriva de estos dos signos, ya que es fácil deducir cuáles son las crisis y las oportunidades que la persona ha de tener en su vida. La interpretación astrológica, considera los niveles de convergencia o de divergencia que puedan existir entre estos signos, como en el caso de un nativo cuyo signo y ascendente hagan parte del mismo elemento, por ejemplo: Fuego (Aries, Leo y Sagitario), Tierra (Tauro, Virgo y Capricornio), Agua (Cáncer, Escorpión y Piscis) o Aire (Géminis, Libra y Acuario). Se evidencia la influencia del elemento y serán latentes tanto sus cualidades positivas como sus actitudes negativas. Por ello, si tanto el signo natal como el signo ascendente de una persona pertenecen al elemento Aire se deduce que vive en el mundo de las teorías y su fuerza se centra en el pensamiento; si el signo natal y ascendente se corresponden con el elemento Tierra, se establece que es un individuo supremamente realista, práctico, objetivo y concreto; si los dos signos pertenecen al elemento Agua, se trata de alguien muy susceptible, emotivo, intuitivo y si tanto el natal como el ascendente coinciden en el elemento Fuego, es un individuo que debe aprender a controlar sus impulsos, ya que posee la fuerza del líder y la capacidad para vencer los obstáculos.

El signo ascendente da luces sobre la personalidad y el carácter, de cada persona, actuando como el signo de igual o de mayor importancia que el solar. Para su cálculo se requiere valorar tanto el movimiento de traslación como el de rotación terrestre. Contar con la hora de nacimiento es decisivo para conocer el signo ascendente.

Los astrónomos día a día profundizan un poco más en el cielo y proporcionan una diversidad de datos. Los astrólogos, procesan e interpretan esa información por medio de la horoscopía, la cual como una de las ramas de la Astrología, estudia los pormenores del evento celeste del momento del nacimiento e ilustra sobre las predisposiciones o potencialidades que cada individuo posee en las distintas facetas de su vida. Partiendo de los dos principales movimientos de la Tierra, surgen dos proyecciones del cielo que determinan los dos signos más importantes de una persona. La traslación ayuda a determinar el signo natal, como el más conocido por todos y empleado en los periódicos y revistas. La rotación proporciona el signo ascendente, que es precisamente el que aparece por el horizonte en el momento exacto del nacimiento.

Las diversas variables manifiestas en el momento natal permiten identificar la presencia de directrices que pueden ser de gran estima con el fin de hallar las respuestas a las incógnitas que el universo plantea y da luces en torno a las tareas elegidas para la actual vida. El análisis del cielo natal suministra la información necesaria sobre la función de cada persona y sobre las situaciones que se deben afrontar. A la hora de pretender elaborar un boceto sobre la manera de ser, surgen dos signos claves: el solar y el ascendente; para determinarlos, los astrólogos se apoyan en los dos movimientos principales de la Tierra, el de traslación y el de rotación. El primero provee el signo natal o al que hacen referencia los periódicos y revistas. Y el segundo se sustenta en la rotación terrestre y es precisamente aquél que aparece en el momento natal por el horizonte local, al que se le conoce bajo el nombre de signo ascendente.