Las cualidades primitivas tienen campos de acción supremamente amplios pero en el campo interpretativo de la Astrología cuentan con tres caminos muy precisos como son el que permite precisar con bastante claridad los matices propios de los elementos (Fuego, Tierra, Aire y Agua) al igual que abren un abanico de posibilidades en lo que atañe a la diferenciación y descubrimiento de las principales virtudes y defectos que de los signos zodiacales y por último su valor para determinar las características y los atributos de los planetas. Por estas circunstancias su utilización se convierte en una herramienta imprescindible a la hora de pretender develar destinos y conocer aspectos muy particulares de la vida de cada persona.
Lo cálido
Lo cálido constituye un referente universal de una energía que se proyecta hacia afuera y evidencia la fuerza, el empuje, el vigor, el valor y la entereza. Donde está presente hace recordar que existe la evolución, la prosperidad y que la posibilidad de salir adelante no es algo distante de la realidad. Esta cualidad al hacer parte de los elementos Fuego y Aire, los enaltece dando pie a que posean un dinamismo muy característico. Es un principio elemental que permite conocer los atributos de algunos astros como por ejemplo de Marte y el Sol los cuales realzan la actividad y la capacidad de tomar las riendas de lo que se lleva a cabo.
Lo frío
Lo frío constituye un principio introspectivo que recuerda que las fuerzas internas sí existen y que se necesita profundizar un poco, detenerse a cuestionar, a revisar, valerse de la razón y del sentido común, y no permitir que las los sucesos azarosos de la cotidianidad sean aquellos que precisamente dictaminen lo que se tiene que hacer. Se trata de una cualidad promotora del análisis concienzudo de las circunstancias y de los hechos inhibe las manifestaciones afectivas y conduce a tener que evaluar, ajustar, corregir y a encontrar el cauce de la argumentación, la lógica y el pragmatismo. Se corresponde con la insensibilidad y con la facilidad asimismo de ver las cosas tal cual son sin tanto sentimiento ni tanta emotividad.
Lo seco
Lo seco se asemeja a la contracción que permite recogerse y fortalecerse dentro y muy probablemente encontrar también en esos escenarios la clave de la vida. Coloca barreras obstáculos y recuerda que sí existen los linderos y que es muy difícil superarlos. Tal y cual lo seco impide que la germinación se haga manifiesta, de allí, que en este caso abre las puertas y las ventanas tendientes a que las cosas tengan un control, una regulación y a que existan impedimentos o limitantes de gran significación. Es lo que inhibe, restringe y lo que conduce a que se adolezca de la suficiente flexibilidad o maleabilidad.
Lo húmedo
Lo húmedo es referente de la vida, promotor y gestor de lo que fluye, camina, evoluciona y de lo que no se ve restringido ni coartado, sino más bien de aquello que es eficaz y fluido. Hace recordar que el amor existe y que los sentimientos son la clave o la esencia de la vida y que es necesario disponerse para exponer de manera abierta y sin restricciones lo que pasa en el corazón. Es la cualidad que reitera la posibilidad de colocarse en el lugar del otro, de sentir su situación y de convertirse en fuente de beneficios para terceros. Promueve la flexibilidad y la maleabilidad.
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