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Los elementos y las plantas

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Los antiguos pensadores entre los que sobresale Hipócrates (el padre de la medicina), decía que el ser humano estaba constituido por cuatro humores que estaban inevitablemente correspondidos con los cuatro elementos ya que tenía la convicción de la sintonía manifiesta con la naturaleza en donde cada elemento contaba con correspondencias muy precisas como se observa a continuación:

Fuego = bilis amarilla = temperamento colérico

Tierra = bilis negra = temperamento melancólico

Aire = sangre = temperamento sanguíneo

Agua = flema = temperamento flemático

Y como es obvio se dedicaron a buscar las similitudes con correspondencias naturales que existían entre las plantas y los arbustos con los planetas y los signos zodiacales.

Esto lo podemos observar a la luz de una semilla, ya que ésta, por poseer el poder latente del futuro árbol, simboliza, por ella misma, al elemento Fuego y una vez que el Agua la anima, se abre la puerta para la germinación, situación para la que una buena temperatura es decisiva. Posteriormente, el accionar de la Tierra es el que le permite sostenerse, recibir los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse, y por último el Aire le da la electricidad que éste contiene.

Por supuesto, las dinámicas a las que las plantas se exponen, están correspondidos, de manera directa, con los elementos en las distintas etapas de su evolución y en los procesos naturales que cada tiempo de su existencia plantea, como por ejemplo, la fotosíntesis, el ascenso y descenso de la savia, el proceso de la polinización y la valor de los rayos del Sol para su subsistencia, entre otros.

ORIGEN

En la búsqueda que desde la más remota antigüedad el ser humano ha tenido por tratar de entender el orden y de comprender la sincronía evidente en todo lo creado, han surgido en el curso de historia varios pensadores que han sentado un precedente como producto de sus reflexiones, tal cual sucede con la teoría de los elementos, en el sentido que no solo se concibió como soporte de múltiples deducciones en el ámbito personal e individual, sino que abarcaban a la creación en su conjunto.

Empédocles al referirse a la creación en su conjunto y a sus orígenes se refiere a las cuatro "raíces" (rhicómata) relacionadas con fuego, tierra, aire y agua, los cuales al margen de estar correspondidos con una tipología o una morfología hacían parte de un cúmulo de apreciaciones sobre los procesos propios de la naturaleza y en particular de las plantas, lo que constituyó un punto de referencia de gran significación en su momento en el que se sustentaron con el paso del tiempo los estudiosos de la medicina griega. Por esto se elaboraron diversas teorías en lo que atañe a la conexión de cielo, ser humano y naturaleza, de forma tal que en el caso de las plantas cada una de ella poseía no solamente una similitud con un elemento sino también con un planeta y por ende con un órgano, con una enfermedad y de la misma manera con un medicamento y con un tiempo adecuado para su dosificación. Las similitudes manifiestas entre los elementos y las plantas se evidencian a continuación:

  • Tierra: Tallos y raíces
  • Fuego: Semillas y frutos
  • Agua: Hojas
  • Aire: Flores

CLASIFICACIÓN DE PLANTAS

Como no existen personas de un solo y único temperamento, así mismo, las plantas no poseen una condición única y excluyente, aunque mediante los aspectos predominantes se agrupan bajo los patrones que a continuación señalamos.

Las plantas correspondidas con el elemento Fuego (cálidas-secas) de flores rojas, frutos picantes generalmente tienen espinas y el contacto directo con ella puede generar reacciones inmediatas en la piel.

Las plantas dominadas por el elemento Tierra (secas- frías), se distinguen por abultamiento de su forma, flores de color amarillo y aroma suave, los tejidos son duros y quebradizos, y sus frutos son azucarados y abundantes.

Las plantas dominadas por el elemento Aire: (húmedas-cálidas), se distinguen por la delgadez de su forma, flores de color azulado, aroma agradable, frutos de sabor insípido.

Las plantas dominadas por el elemento Agua (frías - húmedas), son generalmente enredaderas, flores azulosas y grisáceas, de hojas muy verdes, de aroma muy tenue y sus frutos son de sabor ácido.

LAS PLANTAS Y SUS PARTES

El empleo de cada parte de una misma planta, tiene repercusiones diferentes sobre quien los ingiere. Hay alimentos que son específicos como por ejemplo, los tubérculos, las semillas o los vegetales, lo que indica que, usualmente, de una planta sólo se emplee una parte. Lo cierto es que si los tubérculos o las raíces se relacionan con el elemento Tierra y éste es afín con un temperamento determinado, se puede señalar que quienes son de esa condición, tienden a ingerir aquellos alimentos que corresponden con su naturaleza. Pero el conocimiento de lo que este hecho significa, conduce a entrever que, dependiendo de las partes de la planta que se ingieran, así mismo va a ser el proceder, la actitud y la salud de la persona que los consume.

Los alimentos que se relacionan con el elemento Tierra como: tubérculos, raíces, papa, yuca, ñame y demás; junto con los tallos de las plantas, fomentan una mayor solidez y consistencia. Lo cual hace individuos de contextura gruesa, de movimientos lentos y actuar sereno un tanto dependientes y amante de la estabilidad.

Los alimentos que se relacionan con el Agua, los cuales están conformados por hojas como la acelga, la espinaca, el perejil, entre otros; animan la sensibilidad, la percepción, la intuición y la imaginación, así mismo promueven la canalización adecuada de los sentimientos y estimula el torrente sanguíneo. Tanto los pétalos de las rosas, de los claveles, de las margaritas el brócoli, la coliflor y demás flores que son comestibles, como sus esencias, avivan la creatividad, dan vuelo al pensamiento, a la inspiración, fomentan el ingenio y ayudan al control mental. Las semillas, nueces, almendras, avellanas, ajonjolí, y trigo, entre otras al igual que los frutos, se refuerzan la capacidad de lucha y esfuerzo, activan la determinación y la firmeza, proveyendo gran fuerza anímica y física.

LAS FLORES

La creación como unidad indisoluble hace entrever, que cada sección de la totalidad, por pequeña que parezca, contiene de manera latente una buena pieza del resto del universo, tal cual sucede con las flores, que así conformen un conjunto que se llama planta o árbol se diferencian en cada una de sus partes, por su tiempo de desarrollo, por la pigmentación y por los aromas que la caracterizan.

A la hora de indagar sobre los cuatro elementos de la naturaleza se puede concluir que el Aire simboliza las energías más sutiles y ligeras, por lo tanto, si desea entrar en contacto con la energía sutil, que está correspondido con las flores, es vital tener pensamientos puros y un corazón libre de resentimientos y de cargas emocionales, que nublen su mente, además de eso, es importante saber que en el curso del año existen fechas muy precisas, las cuales juegan un papel preponderante para lograr un mayor acercamiento a los silfos, elementales que gobiernan el Aire y por ende las flores.

LOS USOS DE LAS FLORES

Las flores, desde tiempos remotos, han tenido variados usos; los cuales no sólo se relacionan con su aspecto estético y las energías que atraen por su propia naturaleza y por el aroma que emanan; como ocurre con la margarita que generalmente tiene más flores que hojas. Por su aroma y por los atributos que las caracterizan, una vez que abren sus pétalos, forman a su alrededor un luminoso campo de fuerza que cumple múltiples funciones, entre las que se encuentra la de atraer a las abejas o a algunos insectos, pero también la de repeler a otros. Es por eso que su empleo es de gran utilidad para limpiar los cuerpos sutiles del ser humano, al permitir que sus cargas sean más ligeras y que pueda llevar los pesos de la vida con mayor facilidad.

En el curso de la historia han existido múltiples técnicas, para extraer los aromas y los colores de las flores y valerse de ellas, especialmente para la belleza femenina. De igual manera, varias personas realizan baños de flores, de diversa índole, con el objeto de cambiar sus propias energías y acceder a un nivel vibratorio más elevado, lo que en este caso puede ser muy conveniente, ya que, si se considera que cada planta de flores tiene una luz sutil derivada de éstas, quien se baña con flores o con los pétalos de algunas de ellas, su aura se limpia y se recarga nuevamente, permitiéndole a la persona aligerar los malestares que de antaño le molestaban.

"En un sentido astrológico, todo lo que existe posee por analogía muchas similitudes. En el caso de las raíces, éstas se encuentran correspondidas con el elemento tierra y filosóficamente tienen que ver con las piernas, ya que ellas dan el soporte y el sustento a cada cual"

LAS RAÍCES

El mundo puede ser abordado bajo las sugerencias de la razón y la argumentación, pero también de la intuición la percepción y las dotes místicas, por ello, se debe señalar que algunas enfermedades o dolencias no es fácil abordarlas exclusivamente desde la visión de lo palpable, sino que se deben buscar las causas intangibles del mal, para así, hallar el camino acertado para suprimirlo. En el caso de las raíces y los tubérculos de diversa índole, por estar correspondidos con el elemento tierra, indica quienes se exceden en su ingesta, se caracterizan por ser realistas y prácticos e inclusive materialistas, dependientes del bienestar económico, y pueden convertirse en grandes trabajadores. Igualmente, el empleo de estas partes de las plantas es de gran utilidad, para que haya una mayor solidez en lo que se desea emprender. Lo cierto es que los elementos, desde hace mucho tiempo, se han empleado con objetivos de orden sutil, como por ejemplo, la utilización de las flores, que pertenecen al elemento Aire, las cuales hacen rápida la comprensión, abren las puertas de la sabiduría y conectan con planos sutiles, brindando serenidad y paz.