Los dos hemisferios cerebrales que le son propios al ser humano, hablan de las verdaderas potencialidades que posee, lo que conlleva a reiterar el valor de la argumentación derivada del hemisferio izquierdo; de la intuición y de la percepción propias del hemisferio derecho, por lo tanto, quienes se sustentan en el hemisferio de la razón, consideran que la sensibilidad y las experiencias místicas son carentes de sentido, pero como algo paradójico quienes avalan la presencia de facultades espirituales y que tienen particulares habilidades perceptivas, generalmente, tienen en cuenta los preceptos y las premisas derivadas de la lógica y de las ciencias exactas. La ciencia de los astros, por su carácter interdisciplinario, brinda la posibilidad de conjugar estos dos aspectos, que en algunas otras áreas del conocimiento se encuentran en pugna. Sus estudiosos ameritan soportes técnicos muy concretos e igualmente deben acogerse a un método de análisis muy preciso que requieren ampararse en la experiencia de los que le preceden. Quien decir quien recorrer los laberintos de la Astrología y logra conocer a fondo sus alcances, requiere el desarrollo de múltiples experticias entre las cuales están los temas técnicos fruto de cálculos y mediciones, pero también el desarrollo de habilidades interpretativas con el fin de describir las situaciones natales o futuras a las que se expone una persona.
