Los horóscopos generales y de amplio orbe de influencia reflejan generalidades, ya que la amplitud de su visión evidencia la presencia de verdades macro que arropan al individuo, pero no se detienen en los detalles, dado que ellos escapan a su campo de acción. No se puede desestimar que los humanos fuera de ser únicos e individuales, son seres colectivos y comunitarios, permeables a las energías globales, pero también afectados en lo específico y puntual de la situación personal.
Es algo similar a la llegada de la luna llena, en el sentido que se hace presente en un instante de las 24 horas y colma todo el planeta reflejándose en los seres vivos, pero de manera particular impacta en los que habitan la localidad en la que la luna se ubica en el lugar más alto del cielo.
La comunidad de nuestro signo
Los estudiosos de la naturaleza sociable del ser humano y de la condición comunitaria que le es característica, no solamente insisten en la expresión gregaria y en la disposición que le es propia de involucrarse en conglomerados, agrupaciones, clanes, iglesias o empresas y de participar en eventos y de juntarse, lo que se aprecia en la notoria atracción que le caracteriza por integrarse, vincularse e interactuar directa o indirectamente. Eso quiere decir que conforman una gran familia en la que todos sus miembros de una u otra manera también se ven afectados, porque esos grupos cuentan con una dinámica muy particular que se refleja en sus integrantes y casi podría decirse que constituyen una unidad energética que arropa a quienes hacen parte de ese conglomerado que los aglutina, nutre, alimenta, refuerza y los acompaña en el transcurrir de sus vidas o en una etapa de ellas y esto es precisamente lo que hace la astrología a la hora de elaborar mediciones para un signo y de concluir a qué se expone en periodo específico.
Existen una serie de particularidades que incluyen la condición nimia e insignificante propia de un ser de corta vida -comparada con la del humano- o por el contrario, la de colectividades y agrupaciones, tal cual sucede con los signos del zodíaco que se acogen las sugerencias de los procesos de un orbe mayor, en el sentido que reflejan la manifestación de sucesos macro con amplias implicaciones en una temporada específica. Los planetas una vez se desplazan y se empalman mediante distancias en grados de arco o entran a un nuevo signo, dan luces precisamente para elaborar múltiples análisis o interpretaciones de orden global que se refleja en las personas que han nacido bajo cada signo zodiacal realzando de esta manera su naturaleza colectiva y comunitaria.
