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El ascendente en la carta astral

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El signo ascendente deja una huella indeleble en todo aquello que se nutre de su presencia, marca hitos en los seres que emprenden su proceso vital en un momento dado y se convierte en la columna vertebral de los diversos procesos a los cuales se expone. Representa la actitud, la apariencia, la pinta, el rostro o la cara que se le pone al mundo y está conectado en la obra de teatro de la vida, con el papel protagónico que se asume, con lo que se es ante los demás. Es tal cual lo expresa la frase que dice “yo soy”.

Hay que tener en cuenta que si la presencia del sol o su aparición por el horizonte encandila a quien lo mira, conlleva a que declinen los pensamientos y a que los argumentos se disipen con gran facilidad, dando pie al surgimiento de una conexión con la luz, lo que puede ser sinónimo de una disposición que existe para rebasar las fronteras de la comprensión y de la lectura de la vida; por lo cual, el signo que emerge por el oriente habla de una energía luminosa diferenciada que marca en forma vívida la dinámica misma del individuo. A raíz de lo que ocurre en la naturaleza, el signo naciente da luces en torno a la salud, la vitalidad y al tipo de energía que le es propia. Este espacio en una carta astrológica simboliza la expresión instintiva y pura del individuo que le impele a actuar sin premeditación y sin intenciones o intereses.

Como el amanecer hace parte de un proceso lumínico, impactante y decisivo que está enquistado en lo más recóndito de las memorias celulares, moleculares y atómicas, ya que está vigente desde cuando la tierra empezó a trasladarse; nos habla que su milenaria huella se percibe en los seres que toman su primer aliento o inician su vida en cualquier momento del día, en el sentido que conservan esa filiación con el oriente y con la luz que simbólicamente se deriva de este lugar, dando pie a reforzar la significación que tiene el signo que aparece por el horizonte.

El signo ascendente apunta a la forma en que nos abrimos espacio en este mundo y es de ayuda para identificar y diferenciar en su expresión psicológica a quienes nacen con uno u otro signo en este espacio del cielo. Es quizás la manera ingenua, limpia y pura de posicionarse y de ser al igual que el impacto que es posible generar en terceros. Es un referente estructural que ayuda a cada persona para identificar las facultades y potencialidades latentes, y esboza la posibilidad que se tiene de dar fe de lo que allí sucedió con base en la propia vida. Puede decirse que es simbólicamente un asidero que da luces sobre importantes acuerdos que se tienen al venir a este mundo y que evidencian las necesidades del alma por acceder a determinado tipo de cualidades y de posibilidades. Permite conocer las especificidades del comportamiento y habla de la imagen que proyectamos. Se relaciona con la forma particular de asumir las exigencias de la cotidianidad, refleja los matices propios de la personalidad y constituye la manera en que nos ven, al igual que nuestra apariencia física y las inclinaciones naturales o estructurales que nos caracterizan.

De los dos signos, el solar, que se deriva de la traslación terrestre y el naciente proveniente de la rotación, este último es clave para elaborar apreciaciones tendientes a diferenciar a quienes han nacido en el transcurrir de un mismo día, ya que cada dos horas hay un signo ascendente diferente. Su valía estriba en que evidencia las prioridades o aspectos puntuales que han de poseer mayor relevancia. Y como punto de partida de la carta astral, establece las bases para interpretar el tema natal en su conjunto ya que constituye el punto de partida de las casas astrológicas. El signo que aparece por el horizonte imanta la vida en su conjunto y llena con sus propios atributos la totalidad de la dinámica individual, convirtiéndose así en el puntal para conocer las particularidades de aquello que significa venir a la vida bajo un instante específico y en gran medida constituye el primer eslabón en el descubrimiento de los principales impulsos que los caracterizan y diferencian.